Proceso de molturación del maíz o trigo
El funcionamiento
El funcionamiento de un molino hidráulico harinero es realmente sencillo. Una presa recoge el agua del cauce fluvial y la conduce al molino a través de un canal, que desemboca en un gran depósito llamado antepara. Una vez acumulada agua suficiente en este vaso, el molinero la libera y sale a presión por un conducto llamado saetín, chocando con fuerza contra las paletas o álaes del rodete. El impacto hace girar velozmente a la rueda, que a su vez comunica su movimiento rotatorio a la piedra volandera mediante un eje llamado árbol.
El molino ya está en marcha y el agua, una vez cumplida su misión, puede retornar al cauce o canal que alimenta al molino. Previamente a este proceso, el molinero va dejando caer el grano en un recipiente llamado tolva. En la parte inferior de ésta, un dispositivo denominado torniquete regula la cantidad exacta de grano que debe «filtrarse» entre las dos muelas. Gracias a la fricción de la piedra superior con la piedra solera -que permanece estática- será posible la molienda. El movimiento centrífugo de las muelas hace que la harina salga expelida hacia el exterior a través de las estrías labradas en la superficie de las piedras. Un armazón de madera -guardapolvos- impide que la harina caiga al suelo y de esta forma se deposita suavemente en un cajón o en sacos dispuestos por el molinero.
Un curioso sistema mecánico hace que el molinero pueda regular la velocidad de giro de las piedras, la calidad o espesor de la harina e incluso la velocidad de molturación.
Como pago por su trabajo, el molinero se quedaba con parte del grano, cantidad llamada «maquila» o laka que solía corresponder al 10 % de lo molido.